La rehabilitación de fachadas puede adoptar distintas formas, según el estado del edificio y los problemas que presente. Conocer las diferentes técnicas disponibles es fundamental para escoger la intervención más adecuada.
Principales tipos de rehabilitación de fachadas
1. Restauración
La restauración está pensada para edificios con valor histórico o patrimonial. Su objetivo es devolver la fachada a su estado original, utilizando materiales compatibles y técnicas tradicionales que respeten la estética y los elementos arquitectónicos originales.
2. Renovación
Indicada para edificaciones con daños visibles o desgaste por el paso del tiempo. La renovación consiste en reparar desperfectos, sustituir materiales deteriorados y devolver estabilidad y estética sin necesidad de conservar elementos históricos.
3. Revestimiento
El revestimiento consiste en aplicar una nueva capa exterior sobre la fachada original. Puede usarse para renovar el aspecto visual del edificio o protegerlo de la intemperie. Los materiales más comunes son cerámica, piedra natural, madera tratada o paneles técnicos.
4. Aislamiento
Una intervención cada vez más habitual. El aislamiento térmico exterior (como el sistema SATE) mejora el confort interior y reduce el consumo energético. Además, protege la estructura del edificio de humedades y cambios de temperatura.
Conclusión
Elegir el tipo adecuado de rehabilitación es esencial para preservar la estética, funcionalidad y seguridad del edificio. Además, contar con profesionales especializados garantiza un trabajo eficaz, legal y duradero.
Invertir en una fachada cuidada es invertir en valor patrimonial, eficiencia energética y calidad de vida para quienes habitan o usan el edificio.