La fachada de un edificio no es simplemente su carta de presentación. Es un elemento estructural clave que protege, aísla y define la identidad del inmueble. En las Illes Balears, el paso del tiempo, la humedad, la salinidad del aire y los vientos frecuentes aceleran su desgaste. Ignorar estos signos no solo pone en riesgo el aspecto del edificio, sino también su integridad y la seguridad de quienes lo habitan.
Una obligación legal
La Ley 12/2017 de Urbanismo de las Illes Balears exige que los edificios de más de 50 años pasen un Informe de Evaluación del Edificio (IEE) cada 10 años. Este informe revisa, entre otras cosas, el estado de la fachada. Si se detectan deficiencias, su rehabilitación se convierte en una obligación legal para evitar sanciones.
Prevención de riesgos
Fisuras, desprendimientos o humedades pueden derivar en accidentes. En muchos casos, los bomberos deben intervenir para asegurar el entorno mediante redes de protección. Anticiparse a este deterioro evita situaciones de urgencia y costes mayores.
Una oportunidad para mejorar la eficiencia energética
Rehabilitar la fachada es también una ocasión para mejorar el aislamiento térmico del edificio. Esto se traduce en ahorro energético, mayor confort y acceso a ayudas públicas. Sistemas como el SATE o las fachadas ventiladas permiten mejorar la eficiencia sin alterar la estética urbana.
Revalorización del inmueble
Un edificio rehabilitado aumenta su valor en el mercado. Además, las comunidades que cuidan su imagen proyectan seriedad y compromiso con el entorno, lo que mejora la convivencia y el atractivo de la zona.
Desde Mac10 lo gestionamos todo
En Mac10 nos encargamos de todo el proceso: desde el informe técnico hasta la solicitud de ayudas, la tramitación de licencias y la ejecución completa de la obra. Nuestra experiencia en rehabilitación urbana en Baleares nos permite garantizar plazos, seguridad y calidad.
Rehabilitar una fachada no es un gasto: es una inversión en futuro, seguridad y bienestar.